Voy al Sugarcube Corner a recoger las galletas que encargué que hornearan para mÃ, sin embargo, noto que no hay nadie atendiendo el lugar, por lo que busco en todas las habitaciones gritando: "¡Pinkie Pie! ¡Señores Cake! ¡Alguien!" No hay respuesta. Sigo buscando hasta que me encuentro con una puerta metálica (algo oxidada) en lo profundo del lugar, la abro, bajo las escaleras cuidadosamente por la ausencia total de luz, hasta llegar a una habitación oscura que solo posee un foco encendido. Allà presencio la escena de Pinkamena acercándose lentamente, con el bisturà en la pata, hacia la cutie mark de Rainbow Dash quien lloraba y suplicaba.
Trago saliva y me acerco a Pinkamena por detrás. El corazón me palpita a mil por hora, tenÃa que hacer algo, lo que sea, pero ocurre algo inesperado: Pinkamena voltea y se lanza contra mÃ, haciéndome caer en el piso.
Pinkamena: Mystic, aún no ha salido tu número, ¿tan pronto quieres unÃrteles?
Yo: ¡QuÃtate de encima! ¡¿Acaso no sabes lo que estás haciendo?!
Pinkamena (sosteniendo mi cuerno de unicornio para cortarlo:( ¡¡¡¡¡Claro que lo sé, ESTOY HACIENDO CUPCAKES!!!!!
Antes de que entierre el bisturà en mi cabeza, uso la magia de mi cuerno para producir rayos que electrocutan a Pinkamena, dejándola inconsciente en el piso. Luego, aprovecho para desatar a Rainbow Dash y trato de sacarla a hombros de ahÃ. Cuando me dispongo a salir, Pinkamena, aún en el piso, sujeta una de mis patas traseras usando un alambre de púas que encontró por ahÃ; las púas clavándose en mi piel desgarrándola me produce dolores horribles haciéndome gritar.
Pinkamena (con sonrisa retorcida:( ¿Te vas tan pronto? ¡LA FIESTA RECIÉN COMIENZA! ¡LA VIDA MISMA ES UNA FIESTA!
Yo: ¡¡Suéltame maniaca!!
Le repito la dosis de electricidad, y esta vez deja a Pinkamena inconsciente, con su piel quemada.
Luego de llevar a Dash al hospital, y de paso que me curen la pata lesionada, regreso al Sugarcube Corner con las autoridades de Ponyville para capturar a Pinkamena. Llegamos al sótano, pero ni rastros de Pinkamena, excepto el alambre de púas y huellas de quemadura. Finalmente, se escucha la risa demente de Pinkamena en el ambiente, pero no se sabe de dónde viene.
FIN